La toma de decisiones puede ser difícil. Muchas personas dicen que les cuesta, pero cuando indagas en esa afirmación, básicamente creen eso porque consideran que deberían poder tomar todo tipo de decisiones sin ayuda. Es perfectamente normal y humano, que nos cueste tomar decisiones que representan un cambio importante en nuestra vida y que busquemos el apoyo externo para ayudarnos. Si estamos hablando de no poder decidir si comprar pasta de dientes de una marca u otra es otra cosa, pero no suele ser el caso 🙂

Si crees que ocupas demasiado tiempo o le das demasiadas vueltas, sigue leyendo…te voy a dar unos pasos para que seas mas eficiente en la toma de decisiones.

Antes de comenzar, tienes que tener muy claro que siempre vas a decidir algo, incluso cuando parece que no has hecho nada, ya decidiste quedarte donde estás. También tienes que asumir que toda decisión conlleva una perdida, de la otra opción y de sus posibilidades, no hay una alternativa 100% segura. Empezamos.

  1. Define el problema. Enumera todas las características del problema, la posición actual que tienes frente a él y como te afecta. Escribe también la natural evolución del problema si no se hace nada. Tomate tu tiempo para describirlo lo más detalladamente posible.
  2. Genera una lista con todas las posibles opciones. Todas es todas, no descartes todavía. Haz un esfuerzo en no criticar ninguna de las opciones e incluye todas las que se te ocurran.
  3. Valora lo positivo y lo negativo de cada opción. Coge una hoja por problema y sitúalas frente a ti, haz dos columnas en cada hoja y coloca las ventajas e inconvenientes de tomar esa decisión. Hazlo en cada una de las opciones de tu lista.
  4. Puntúa, del 1 al 10, la importancia que le das en este momento a cada consecuencia. No le des muchas vueltas. Suma las puntuaciones de cada columna.
  5. Descarta las opciones nulas. No siempre pasa, pero a veces podemos ver que alguna opción tiene puntuaciones positivas muy bajas, esas las vamos a descartar en este momento. Elimina esa hoja.
  6. Compara las opciones válidas. Fíjate en las puntuaciones y en cómo te sientes frente a esas opciones. En ocasiones esto es muy rápido porque se ve muy claro, en otras nos tenemos que tomar unos minutos y eso también está bien.
  7. Elige una opción, fíjate de no tener en cuenta lo que pensarán los demás de esta decisión. Recuerda que la opción elegida quizás no sea 100% satisfactoria y siempre representa la perdida de las otras opciones. Parece obvio, pero es lo que más nos cuesta a nivel emocional. Rompe el resto de las hojas.
  8. Define los pasos hasta la meta final. Desgrana cada paso y escríbelo de forma simple.
  9. Haz el plan de acción. Dibuja varias columnas. En la primera columna vas a poner la fecha en la que te comprometes a dar ese paso, en la segunda vas a poner concretamente cómo vas a dar ese paso, en la tercera la previsible reacción del entorno y en la cuarta como responderás tú a esa reacción. Trata de adelantarte a todas las posibles alternativas.
  10. ¡Decisión tomada!. Esto significa que no vas a volver atrás. Da esta tarea por concluida, has puesto toda tu energía y herramientas en esta toma de decisiones y ya no hay que darle más vueltas. ¡Enhorabuena!

En cuestiones emocionales, es bastante más difícil que en temas prácticos, pero te animo a intentarlo igualmente. No tiene nada de malo buscar la opinión de otras personas que te puedan ayudar, pero yo te diría que eso lo tengas en cuenta para delimitar las opciones y no para la decisión final.

¿Te ayudo con tu toma de decisiones?

Marta Ibáñez

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