«Vivo angustiada hasta que me viene la regla», «no me fío de los anticonceptivos», «todos los meses siento síntomas de embarazo»…Este tipo de frases podrían ser habituales en una mujer que sufra tocofobia. El miedo irracional al embarazo afecta a 1 de cada 6 mujeres. Si te sientes identificada con las frases anteriores probablemente estás pensando que hablar de fobia es exagerado, ¿verdad?
El papel de la educación sexual
Diariamente recibo dudas de mujeres que temen estar embarazadas, puedo afirmar que casi la mitad de las situaciones que me cuentan no conllevan riesgo de embarazo en absoluto; mujeres que utilizan perfectamente los métodos anticonceptivos y que incluso combinan dos métodos pero aún así temen que todo haya fallado, chicas que ven en las nauseas o el dolor abdominal un signo inequívoco de embarazo, parejas que practican la heteromasturbación o el sexo oral y creen posible la fecundación.
El factor común de todas estas historias es la falta de información y el miedo. La educación sexual que hemos recibido ha sido mínima y cuando ha existido se ha basado en la prevención de embarazos y ETS. Nadie nos ha contado nada sobre el placer, la intimidad, el erotismo…¡ni siquiera nos han explicado bien nuestra anatomía! pero es que además hablando de prevención tampoco hemos recibido los mensajes adecuados, al contrario, todo se resume en ; si no usas preservativo quedarás embarazada y/o morirás de SIDA.
En cuanto al riesgo de embarazo no deseado es importante saber dos cosas;
- Los anticonceptivos son muy eficaces; no es algo que se diga por decir, los métodos anticonceptivos pasan por muchísimas pruebas hasta que salen al mercado y mejoran continuamente. Por ejemplo la píldora anticonceptiva tiene un 99,7% de eficacia, esto es que solo 3 de cada mil mujeres que la utilizan quedan embarazadas cada año. (Si quieres ver la eficacia de todos los anticonceptivos pulsa aquí)
- Quedar embarazada, aún queriendo, no es tan sencillo. Las mujeres solo somos fértiles durante 6 días al mes; 4 días antes de la ovulación porque es la vida estimada del espermatozoide en el útero, el día de ovulación y el siguiente (el ovulo solo vive 24 horas). Incluso en esta semana fértil se estima que la posibilidad de que el espermatozoide fecunde al ovulo es solo de un 20%. Esa es la razón por la que una pareja sana puede tardar hasta un año en lograr un embarazo. (más sobre el ciclo menstrual aquí)
Como ves, no es en absoluto sencillo quedar embarazada y utilizando anticonceptivos roza la imposibilidad.
El sesgo de confirmación
Seguro que conoces a alguien que quedó embarazada utilizando un DIU, o tomando la píldora perfectamente o en el primer intento. Cuanta más angustia te provoque la probabilidad de un embarazo más personas conoces en estos casos.
Esto se llama sesgo de confirmación y es la forma que tenemos las personas de filtrar la información para que confirme lo que ya pensamos. Es muy habitual y aplicable a todas las áreas de nuestra vida, en general tendemos a buscar pruebas de que lo que creemos es cierto, que confirmen nuestra hipótesis, en lugar de ver las cosas de una manera neutral y objetiva.
Si eres una persona preocupada por un embarazo no deseado te fijarás y recordarás más las historias de mujeres a las que les ha ocurrido incluso utilizando anticonceptivos y así confirmarás que tienes razón preocupándote. Para refutar estas ideas existen estudios científicos como los de eficacia de anticonceptivos pero este sesgo de confirmación te dificultará creértelo. ¿La solución? saturarte de información neutral y objetiva, leer estudios, preguntar a profesionales…
Esta claro que los anticonceptivos pueden fallar pero ya has visto que es muy muy difícil que lo hagan. Los casos que has escuchado pueden ser porque la persona no los utilizara bien, porque ocurriese hace años cuando algunos anticonceptivos no estaban tan perfeccionados (en el caso del DIU) o porque efectivamente perteneciesen a ese mínimo porcentaje. También he de decir, sin animo a desacreditar a nadie, que pocas personas que quedan embarazadas por fallo suyo son capaces de admitirlo.
El mito de los síntomas de embarazo
El sesgo de confirmación que he explicado antes también se puede aplicar a la hora de buscar síntomas de embarazo. Cuando tememos estar embarazadas podemos percibir claramente las nauseas, el dolor abdominal, manchados de implantación etc.
Además de que todas esas señales pueden aparecer como consecuencia de cualquier otra cosa que no sea el embarazo, hay ciertas creencias erróneas respecto a los síntomas.
Debemos pensar que desde que el ovulo se fecunda hasta que se implanta en el útero pasan de 7 a 10 días y hasta entonces no comenzamos a segregar las hormonas del embarazo así que no puede ser detectado (de ahí que los test no sean fiables) y por supuesto tampoco puede ser percibido por la mujer. Desde que ovulamos hasta que baja la menstruación pasan unos 14 días, osea que en caso de embarazo no se implantaría hasta unos 4 días antes de la menstruación. Es decir, es imposible notar síntomas hasta muy poco antes de que tenga que venir la regla. Las nauseas al día siguiente de una relación sexual nunca son señal de nada.
Respecto al manchado de implantación, que ocurriría en ese momento que comentamos 10 días después de la fecundación, es un manchado ligero distinto al de la menstruación y en realidad solo le pasa a 1/3 de las mujeres que conciben. Además, el uso de anticonceptivos hormonales suele tener como efecto secundario manchados ligeros, sobre todo los primeros meses. Hay muchas razones para manchar y la menos probable es el embarazo.
Un test de orina o de sangre se debe hacer al menos después de esa implantación así que es mejor esperar al retraso de la regla. Si se hace antes puede dar resultados erróneos, eso sí, si sale positivo es positivo seguro.
En resumen, ante el miedo irracional al embarazo, la información es la clave. Pregunta a tu médico, consulta webs fiables y utiliza siempre anticonceptivos, te librarás del miedo al embarazo. Si hay algo más profundo que te impide desprenderte del miedo quizás padezcas tocofobia y debes consultarlo con un psicólogo.
Marta Ibáñez Sainz-Pardo
Psicóloga especialista en terapia sexual y de pareja.
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