¿Alguna vez te has hecho esa pregunta? ¿Se la ha hecho tu pareja?
Quizás suena frío, como si la relación solo estuviera motivada por el interés, pero la realidad es que elegimos a las personas que nos rodean según las necesidades de cada momento. Y también a nuestra pareja.
Las necesidades cambian con el tiempo, acorde a nuestro momento vital, a nuestra edad, a nuestras experiencias anteriores…como también cambia nuestra forma de ser y, con ello, nuestra capacidad para satisfacer las necesidades de otros.
Lo que hoy me satisface, mañana no lo necesito
Puede que hace varios años buscases una pareja que tuviese aficiones parecidas a las tuyas; ganas de viajar y de aprender de otras culturas, que le gustase estar con amigos, salir de fiesta y con la que el sexo fuese espectacular. Quizás ahora ya no te importa tanto la diversión porque no es algo a lo que des prioridad en tu vida, a lo mejor en este momento buscas a una persona en la que confiar, un compañero a largo plazo, alguien con quién formar una familia y que te guarde fidelidad.
Si la pareja que elegiste hace varios años acorde a tus necesidades de entonces se mantiene hoy en día, que lo que buscas es otra cosa y esa persona no ha evolucionado a lo que tú necesitas, la relación no funciona. Si esa pareja no ha cambiado sus necesidades y, aunque cubrías perfectamente las de hace unos años, ya no es así, la relación no funciona.
Normalmente este cambio de necesidades o de capacidad para satisfacerlas no es tan drástico pero si lo pensamos en un momento de crisis de la relación podemos llegar a la conclusión de que hay ciertas cosas que antes nos satisfacían y que ya no, o que buscamos algo nuevo que no encontramos en esa persona.
Descubre si tu pareja satisface tus necesidades.
Ahora habría que pensar en que peso le damos a esa necesidad, para determinar como va a afectar a nuestra felicidad el que no esté cubierta.
La idea es hacer una lista de todo lo que buscamos en nuestra pareja, siendo lo más concretos posible. Después puntuaremos cada necesidad con la importancia que le damos del 1 al 10 y por último pondremos al lado la puntuación que damos a la forma en la que nuestra relación satisface esa necesidad. Eso nos dará una idea global de lo que está ocurriendo.
Según la tabla ejemplo podemos ver que obviamente hay una dificultad en el sexo, probablemente viene causada o agravada por el problema más importante, que reside en la percepción de una falta de apoyo en cuestiones importantes para la persona.
Muchas veces no salen resultados tan obvios, generalmente porque tendemos a ocultarnos los verdaderos problemas a nosotros mismos porque nos duele admitir ciertas cosas, pero si intentamos rellenar una tabla similar en casa no hay necesidad de mentir, ¿verdad? otra columna a añadir, solo para valientes, es la de si nosotros satisfacemos esa necesidad en nuestra pareja.
Os propongo este ejercicio ¿os atrevéis?
Marta Ibáñez Sainz-Pardo
Psicóloga especialista en terapia sexual y de pareja.
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