Nuestro nivel de libido no permanece igual durante toda la vida. El deseo sexual puede variar con la edad, con el estado físico, según nuestra situación sentimental, el nivel de descanso o estrés, ¡hasta con el clima!.

Si notamos que últimamente nuestra libido no es igual, en general no debemos darle mayor importancia, al fin y al cabo no somos robots sino seres complejos y el deseo sexual depende de muchos factores. Dejemos pasar un tiempo a ver si nos estabilizamos, es importante permitirnos los cambios tranquilamente. Si el «bajón» dura más de 6 meses y comienza a afectarnos a nosotr@s y a nuestra relación de pareja, entonces es el momento de plantearnos la terapia sexual.

La importancia del estímulo en el deseo

Un factor común a estos bajones temporales de libido es la falta de estímulo sexual. Imaginemos que en nuestro cerebro existen cajas clasificadas de estímulos para responder a ellos ordenadamente, cuando vemos un programa de cocina nuestro cerebro etiqueta gracias a la experiencia ese estímulo como «comida» y responde ante él dándonos ganas de comer. No distingue entre si estamos viendo el programa de Arguiñano o el cocinero está en nuestra casa haciéndonos la comida así que por si acaso comienza a preparar el cuerpo para una posible cena suculenta.

Con los estímulos eróticos ocurre parecido; todos los días podemos enfrentarnos a muchas señales que nuestro cerebro podría clasificar como «sexo» y meterlo en la cajita correspondiente para comenzar a prepararnos para la acción. Cuantos más estímulos sexuales recibimos más alerta está el cerebro para recibir este tipo de señales pero si no le hacemos trabajar en este sentido el radar se va haciendo más vago y nos cuesta más.

Por ejemplo, hay personas que después de un año sin sexo afirman que todo les resulta erótico y tienen el deseo por las nubes, mientras que otra persona en la misma situación puede sentir totalmente lo contrario, que su deseo se ha apagado y ni piensan en ello. ¿Cual es la diferencia? la cantidad de estímulos a los que se exponen diariamente.

La literatura erótica y el deseo

Así, aumentando la cantidad de estímulos para que llenen nuestra cajita clasificada como «Sexo» nuestro cuerpo va entrando en situación y nos apetece mucho más.

Una forma sencilla de encontrar estos estímulos es leyendo novela erótica. Muchas personas han comprobado ya los efectos de este tipo de literatura en su libido, ¿verdad? aunque si ahora mismo estás en un momento de deseo sexual por los suelos seguro que lo que menos te apetece es leer sobre ello, te aconsejo este pequeño esfuerzo porque de verdad vas a notar el cambio. Eso sí, tienes que hacerlo todos los días, recuerda que tu radar está ahora algo perezoso y hay que entrenarle para que vuelva a trabajar.

Te doy algunos títulos.

  • Trópico de Cáncer. (Henry Miller)
  • Cartas eróticas (James Joyce)
  • Emmanuelle (Emmanuelle Arsan)
  • Las edades de Lulú (Almudena Grandes)
  • La amada de los dioses (Javier Negrete)
  • Historia de O (Pauline Reage)
  • Diario de una ninfomana (Valerie Tasso)

En general, si buscas una buena novela erótica, las premiadas con el galardón La Sonrisa Vértical, siempre son una buena opción.

Cualquier sugerencia de lectura, por favor, no dudes en compartirla en comentarios.

 

Marta Ibáñez Sainz-Pardo
Psicóloga especialista en terapia sexual y de pareja.



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