En el colegio nos hablaban de la anatomía del aparato reproductor, así que nos contaban como era el ciclo menstrual y nos hacían ese dibujo tan curioso del útero y los ovarios que parece la cabeza de un extraterrestre y poco tiene que ver con la realidad. Se olvidaban casi siempre de los genitales externos y de su función sexual, no nos contaban como era nuestra respuesta sexual, como funcionaba nuestra vagina y mucho menos entraban a hablarnos del clítoris.
Historia del estudio del clítoris.
Lo que voy a contar en este post es para muchos primera noticia pero no debéis sentiros ignorantes porque es una información vetada para todos hasta poco.
No es que no se supiera, se sabía perfectamente desde tiempos de Hipocrates que estaba de hecho muy interesado en este órgano porque se creía su estimulación facilitaba la fecundación femenina. En el S.XVI el Doctor Mateo Colón incluso los disecaba para estudiar bien su anatomía, afirma que es la fuente de placer femenino por excelencia y crea una analogía entre su erección y la del pene.
El orgasmo seguía estando relacionado de alguna manera con la fecundación así que la masturbación solo se admitía dentro del matrimonio y con el objetivo de aumentar la fertilidad. En 1840 el médico Charles Negrier propone la teoría de la ovulación espontanea, independiente de la actividad sexual y regida por el ciclo menstrual. Así, el orgasmo no tendría ninguna influencia en la reproducción. Por lo tanto ¿para qué estudiar el clítoris?.
En 1960 el clítoris desaparece de los manuales de anatomía, lo que significa que nuestros médicos y profesionales de la salud ya no pudieron estudiarlo. ¡No volvió a aparecer en ellos hasta 1996!.
Anatomía del clítoris; esencial conocimiento.
Ahora que ya entendemos porque no sabíamos nada de esto vayamos al tema, aprender sobre la anatomía del clítoris nos ayudará a comprender el placer femenino y, ¿por qué no? a tener relaciones más satisfactorias.
Si separamos los labios mayores observaremos en la parte de arriba de la vulva una pequeña protuberancia cubierta por un capuchón, es el glande del clítoris, ¡la punta del iceberg!.
Pero debajo de la piel este órgano continua extendiéndose con unos pequeños cuerpos cavernosos que se abren como alas y otros más gruesos formado por tejido esponjoso que bajan y rodean la vagina haciendo esta sensible en su primer tercio. Los cuerpos cavernosos y esponjosos son exactamente iguales que los del pene masculino y como estos se llenaran de sangre y erectarán con la excitación.
Además (esto no se ve en la imagen) otra pequeña raíz rodea la uretra, esta puede ser estimulada desde la vagina y se percibe al tacto si la mujer está excitada. Efectivamente, es lo que conocemos como Punto G.
Todas estas raíces son muy sensibles, aunque el glande aglomera más terminaciones nerviosas y a veces puede ser molesto, por eso muchas mujeres prefieren no estimular la punta directamente y rodean acariciando el resto de la vulva, están tocando todo el clítoris en su extensión.
Así, conocer la anatomía del clítoris puede ayudar a las mujeres a;
- Saber que el clítoris es una gran órgano de placer.
- Comprender las zonas más sensibles de sus genitales.
- Encontrar respuesta a preguntas como ¿por qué no me gusta que se toque directamente? ¿por qué solo noto algo en la entrada de la vagina?
- Aprender a estimularse.
- Comunicar a su pareja las zonas sensibles de sus genitales.
Es algo que explico en consulta y que considero esencial en la educación sexual, por eso acabé creando mi propio modelo de ganchillo (que ya ha sido adquirido por algunas compañeras), como curiosidad os dejo la foto de «mi clítoris». Podéis comprarlo aquí.
Marta Ibáñez Sainz-Pardo
Psicóloga especialista en terapia sexual y de pareja.
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